Dr. Miguel Ángel Núñez
Cada vez que los legalistas escuchan hablar de la gracia yde la dependencia por fe en Cristo Jesús, responden con una frase insultante: “Esoes gracia barata”. Lo repiten con tanta fuerza e insistencia que llegan a creerla mitología de lo que señalan. Analicemos si la gracia es barata o no:
- La redención costó la vida de Cristo en la cruz, todo elcielo fue puesto en riesgo por venir a rescatar a la humanidad. ¿Es eso barato?
- Cristo pagó con su sangre nuestra redención. Cuando hablamosde “gracia barata” simplemente insultamos el sacrificio de Jesús.
Como señala Pedro:
El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas,como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un corderosin mancha y sin defecto (1 Pedro 1:19).
La pretensión absurda del legalismo es pagar lo que ya estápagado. Es como que alguien nos hace un regalo y no estamos dispuestos arecibirlo sin hacer algo para recompensar a quien le está haciendo el regalo.En el fondo, es un acto de orgullo no recibir, porque nos sentimos amarrados y noqueremos comprometernos, de esa forma el regalo deja de ser tal y se convierteen deuda.
Pablo afirma que:
Sin derramamiento de sangre no hay perdón (Hebreos 9:22).
Hasta ahí, todos de acuerdo. Es la sangre de Cristo la quenos redime. Sin embargo, los legalistas y perfeccionistas afirman que hay quehacer algo más, para ser dignos de la sangre de Cristo. ¿De dónde sale esaidea? Ese concepto es antibíblico. Es creer que no basta la justificación ytenemos que hacernos dignos de la justificación, haciendo “nuestra parte” paramerecer la gracia. Si la merecemos deja de ser gracia y se convierte en deuda,como señala el mismo apóstol Pablo (Romanos 4:4).
Escribiéndoles a los “judaizantes” de su tiempo, es decir alos que hoy llamaríamos “legalistas” o “perfeccionistas” Pablo les dicetajantemente:
En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón denuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia (Efesios 1:7).
No es conforme a las “riquezas de nuestra obediencia”, sino “conformea las riquezas de la gracia”. Algo muy diferente a la idea que habitualmente sepresenta en algunos círculos religiosos.
Escribiéndole a Tito, quien necesitaba entender el mensajeclaro de las buenas nuevas, Pablo le dice:
Él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia sinopor su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y dela renovación por el Espíritu Santo (Tito 3:5)
Conociendo la naturaleza humana Pablo señala la razón de lasalvación por gracia:
Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe;esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, paraque nadie se jacte (Efesios 2:8-9).
En otras palabras para que nadie diga: “Porque yo obedezco ytú no”, “porque yo ‘guardo’ y tú no lo haces”, “porque Dios me contesta a míque soy mejor que tú”, y otras expresiones, que si bien no decimos con esaspalabras enunciamos toda vez que discriminamos a alguien que señala suconvicción de la gracia.
Es más, Pablo, con su habitual insistencia en la graciaafirma:
Sin embargo, al reconocer que nadie es justificado por lasobras que demanda la ley sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemospuesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en él y nopor las obras de la ley; porque por éstas nadie será justificado (Gálatas2:16).
Y con la misma lógica, el apóstol señala:
Y si es por gracia, ya no es por obras; porque en tal casola gracia ya no sería gracia (Romanos 11:6).
El legalismo que insiste en la obediencia y las normas, lo queno entiende es que la transformación es resultado, no inicio. No es que somosauto transformados para ser aceptados, es al contrario, somos aceptados envirtud de creer en Jesús (Juan 3:16), para luego ser transformados por gracia.
Philip Yancey, en su libro Gracia divina vs. Condena humana (Miami: Vida, 1998), señala:
Es extraño, pero a veces encuentro escasez de gracia dentrode la iglesia, una institución fundada para proclamar, en frase de Pablo, ‘elevangelio de la gracia de Dios’ (p. 12).
Lo extraño es que yo no lo encuentro extraño, toda vez quese enfatiza la obediencia a la norma y no la dependencia de la gracia, lo queabunda es legalismo y no gracia. Es una cuestión de énfasis, pero también deactitud frente a la generosidad de un Dios que nos ama incondicionalmente.
Cuando se enfatiza la obediencia por sobre la gracia, lo queocurre es que se opaca la gracia y la acción redentora de Jesús se convierte ensecundaria, eso sí que es abaratar la gracia, quitarle su valor real yconvertirla en un producto de segunda categoría.
El psiquiatra cristiano suizo Paul Tournier en su libro Culpae Graça: Uma analise do sentimento de culpa e o ensino do evangelho (Culpay gracia: Un análisis del sentimiento de culpa y la enseñanza del evangelio; SãoPaulo: Abu Editora, 1985) señala que:
No puedo estudiar este problema tan serio de la culpa, sinrecordar la realidad muy obvia y trágica de que la religión —tanto la mía comola de todos los creyentes— puede aplastar en vez de liberar (p. 13).
Cuando los legalistas hablan de “gracia barata”, para crearculpas en aquellos que supuestamente no alcanzan la norma, se convierten en “creadoresde culpa”, y generan una religión de esclavitud.
El psicólogo y pastor Bernardo Stamateas en su libro Mente de esclavo: Un análisis de lapersonalidad de «esclavo» y sus actitudes ante la vida (Barcelona: Clie, ) afirma que:
El esclavo no puede aceptar la gracia de Dios, necesita sufrirpara sentir que entonces si lo merece (p. 72).
La religión legalista y farisea se convierte en obsesiva yritualista. Más apegados a las formas que al fondo. Más ligados a la imagen quea la gracia. Más preocupados por el “qué dirán” que por la libertad que Cristoofrece.
El mismo Stamateas en su libro Intoxicados por la fe: Cómo ser libres de una religión tóxica y viviruna espiritualidad feliz (Buenos Aires: Grijalbo, 2010), señala:
El fariseísmo es el prototipo del enemigo de la verdaderavida espiritual, ya que sus doctrinas llevan a una vida ritualista y compulsiva(p. 115).
Una vida que no da paz. Una existencia que no se conformacon la gracia por eso que necesita sentir que está obedeciendo, para hacersedigno de la gracia.
Es la gracia barata, no, la que Cristo ofrece no lo es. Perosi abaratamos la gracia cuando pretendemos que por nuestros actos y obedienciasmerecemos ser considerados dignos de la gracia.
Aún hoy, después de cientos de años, los judaizantes entrenosotros aún no aprenden que la gracia se recibe, como un regalo inmerecido y acontinuación lo que queda es gozo, satisfacción, alegría. ¿Tal vez eso lesmoleste a los que no entienden la gracia, la alegría de quienes se gozan en elperdón incondicional del Señor hacia quienes han errado y luego han encontradorefugio en su amor eterno?
El concepto “gracia barata” fue enseñado por el teólogoalemán Dietrich Bonhoeffer en su libro Elprecio de la gracia: El seguimiento (Salamanca: Ediciones Sígueme, 2004).Pero lamentablemente, como sucede con gente que lee a medias la idea ha sidosumamente mal entendida. De hecho el capítulo donde presenta la idea se titula “lagracia cara”. Lo que critica Bonhoeffer es la actitud de quienes aceptan lagracia pero llegan a creer que deben quedarse con los brazos cruzados, en unaactitud de presunción.
Textulamente Bonhoeffer afirma:
La gracia barata es la gracia como doctrina, como principio,como sistema, es el perdón de los pecados considerado como una verdad universal,es el amor de Dios interpretado como idea cristiana de Dios. Quien la afirmaposee ya el perdón de sus pecados. La Iglesia de esta doctrina de la graciaparticipa ya de esta gracia por su misma doctrina. En esta Iglesia, el mundoencuentra un velo barato para cubrir sus pecados, de los que no se arrepiente yde los que no desea liberarse. Por esto, la gracia barata es la negación de lapalabra viva de Dios, es la negación de la encarnación del Verbo de Dios. Lagracia barata es la justificación del pecado y no del pecador. Puesto que la gracialo hace todo por sí sola, las cosas deben quedar como antes (p. 15).
El contexto en el que Bonhoeffer escribe es el de laAlemania nazi, donde una iglesia luterana cercana al régimen se ha aliado para destruir,maltratar y asesinar, sin embargo, siguen considerando que tienen “la gracia”de su parte.
Por otro lado, afirma:
La gracia barata es la gracia que tenemos por nosotrosmismos (p. 16).
El mismo Bonhoeffer agrega:
La gracia barata es la gracia sin seguimiento de Cristo, lagracia sin cruz, la gracia sin Jesucristo vivo y encarnado (p. 16).
La gracia cara significa renunciar a sí mismo para seguir aCristo (Mateo 16:24). Abandonar la complacencia propia para seguir, por amor, aJesús. Nunca para ganar su favor. Visto así “las obras” de las que hablaSantiago son resultado de la gracia, y no camino a la gracia. Son consecuenciade la acción de la gracia y nunca mérito para obtener la gracia. En estasutileza es donde el legalismo comete su peor error, y de paso, amarga la vidade quienes deberían estar gozosos en la gracia, diciendo con el apóstol Pablo:
Alégrensesiempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! (Filipenses 4:4).
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