Dios: Hola, ¿cómo estás?
Humano: Enojado contigo.
Dios: ¿Por qué? ¿Qué te he hecho?
Humano: Eso precisamente, ¡no has hecho nada!
Dios: Explícate porque no te entiendo.
Humano: Hubo un terremoto y no hiciste nada.
Dios: ¿Cómo sabes que no hice nada?
Humano: Se cayeron muchas casas y la gente está sufriendo, algunos murieron. ¿Dónde estabas?
Dios: ¿Dónde crees?
Humano: No sé, si hubieras estado no habría pasado.
Dios: Lástima que tengas esa opinión de mi.
Humano: No sólo yo, también algunos amigos que conozco, incluso una amiga mía también está enojada contigo porque está enferma y tú no haces nada.
Dios: No me aflige que estén enojados, sino que no me crean.
Humano: ¡Qué quieres que te creamos!
Dios: Que nunca los he dejado solos.
Humano: No te creo.
Dios: Si lo sé, pero créeme, sé perfectamente lo que está pasando.
Humano: ¿Y por qué no haces nada?
Dios: Hago mucho, sólo que no hago propaganda.
Humano: Y por qué no, ¿hasta las gallinas cacarean cuando ponen un huevo?
Dios: Yo no soy así, pero créeme, estoy con todos los que sufren, mucho más de lo que ellos imaginan.
Humano: ¿Y por qué no haces algo?
Dios: Hay cosas que no puedo hacer, no sería justo.
Humano: ¿Para quién no sería justo? ¿Para ti?
Dios: No para todos. Los seres humanos son libres. Hay decisiones que no me competen. Los cree libres.
Humano: Si pero podrías intervenir de vez en cuando.
Dios: Siempre lo hago pero sin que las personas vean afectadas su libertad.
Humano: No logro entender eso, me parece una posición cómoda.
Dios: No creas, es la posición más incómoda del mundo. Tengo todo el poder para intervenir cuando quiera, pero he creado a un ser humano capaz de elegir, el día en que intervenga dejará de ser justo.
Humano: Pero, ¿por qué permites que la gente se enferme?
Dios: Eso no es responsabilidad mía, es consecuencia de las decisiones de los seres humanos.
Humano: ¿Y qué culpa tiene un niño?
Dios: Ninguna, pero volvemos a lo mismo. No puedo intervenir anulando la capacidad humana de elegir.
Humano: Me resulta confuso.
Dios: Si lo sé, por eso fue mi hijo, precisamente para hacer algo que nadie pidió.
Humano: ¿Qué cosa?
Dios: Morir, sacrificarse, asumir lo que le corresponde al ser humano, para que sean libres de elegir, para que eligiendo a Jesús opten por la vida, la que realmente importa.
Humano: ¿Cómo que la que realmente importa? Toda vida importa.
Dios: No en realidad. La vida que tú vives hoy no es exactamente la vida que tengo en mente, sino la vida de abundancia, y esa no será posible nunca en tu mundo, sólo es posible en mi mundo.
Humano: ¿Cómo que tu mundo? Esto es todo lo que hay.
Dios: No, yo tengo para ustedes un nuevo mundo, una realidad que ni te imaginas.
Humano: El saberlo no quita mi enojo.
Dios: No te pido que dejes tu enojo, sino que me creas. Ya hice lo que tenía que hacer. Jesús fue y está ahora conmigo, esperando que ustedes vengan.
Humano: ¿Cómo que vengan? Yo quisiera ir, pero Jesús no viene.
Dios: Él está en camino y antes de lo que imaginas estará por allá en ese mundo que tanto te preocupa.
Humano: Me aflige que la gente sufra.
Dios: A mí también. Nunca ha sido el plan que las personas sufran. Yo sufro con cada uno que sufre, tengo el panorama completo ante mí todos los días.
Humano: ¡Quiero discutir contigo! ¡A veces me dan ganas de gritarte!
Dios: Hazlo, a mi no me afecta, si eso te ayuda, adelante. Sólo te pido que creas, no que te guardes tus sentimientos.
Humano: Es que quiero entender.
Dios: Para eso te hará falta la eternidad, y ni aún lograrás entender todo.
Humano: ¡Pero yo quiero entender ahora!
Dios: Lo que necesitas entender es que es preciso que creas.
Humano: Tal vez mis expectativas son demasiado altas.
Dios: Tal vez no me escuchas lo suficiente.
Humano: El enojo no me deja escucharte.
Dios: Escúchame aunque estés enojado, cuando comiences a creer, entonces, el enojo pasará y podrás descansar.
Humano: En realidad, ¿no te enojas conmigo por estoy molesto contigo?
Dios: No, tu enojo no me aflige, me aflige que no creas.
Humano: Si, ya lo dijiste, suenas repetitivo.
Dios: No dejaré de repetirlo. Te amo profundamente a ti y a los demás. A todos y cada uno de los seres humanos. Te amo más de lo que alcanzas a comprender.
Dios: ¿????
Dios: ¿Qué pasa?
Dios: ¿¿¿¿¿¿????
Humano: Estoy emocionado.
Dios: ¿Por qué?
Humano: Me cuesta trabajo creer que me amas si estoy enojado contigo.
Dios: Créeme, sólo quiero que creas.
Humano: ¿Qué quieres que crea?
Dios: Que te amo.
Humano: mmmmmm
Dios: Sólo creyendo tendrás posibilidades de entender.
Humano: ¿Creer pese a mi enojo? Eso es nuevo para mí.
Dios: Quisiera que creas que estoy dispuesto a abrazarte y estar contigo en todo momento, que nunca te he abandonado a ti ni a nadie. Que llegará un día que intervendré totalmente, pero será por voluntad de ustedes, no por imposición.
Humano: Quiero creer. ¡Ayúdame!
Dios: Eso es suficiente. Es una pequeña luz. Abrázate a ella.
Humano: Eso intento.
Dios: No dejes de hacerlo.
Humano: ¿Y después? ¿Cuándo venga otro temblor?
Dios: Sigue creyendo. No provoco los temblores ni los terremotos ni la muerte, pero allí estoy a tu lado para darte consuelo esperando que creas, para que en algún momento todo esto acabe.
Humano: Tengo que irme, pero quiero seguir hablando contigo.
Dios: Cuando quieras. Tengo el chat abierto siempre para ti.
Humano: Es bueno saberlo. Voy a meditar en lo que me has dicho.
Dios: Ok, aquí estoy cuando quieras.
Humano: Ok.
Ke linda y real ilustración! Cuanto cambiarían nuestras vidas si tuviéramos estas conversaciones a cada momento! Gracias pastor x tantos lindos consejos!
ResponderEliminarhermoso, hermoso, hermisisimo.
ResponderEliminarGracias Pastor se que Dios me ama y lo creo, por eso mi situacion mejoro y va cambiando pero en el nuevo mundo sera diferente y si sere feliz
ResponderEliminarsiempre aprendo gracias por sus palabras, al comienzo no entendi pero ahora lo entiendo, el libro que escribio "el amor no se mendiga" muy bueno. lo recomienod a quien no lo tiene un amigo
ResponderEliminarrealmente Hermoso! a veces nos cuesta creer que hay un ser supremo q esta dispuesto a escucharnos en todo momento, gracias por sus palabras...
ResponderEliminarMi vida cambió, cuando comenze a creer que todo lo que me pasa es por mi bien. Mi vida cambió cuando me dejé caer en sus brazos y dejé que él guiara mis pasos.
ResponderEliminarAhora cada vez que me levanto, feliz, contenta, porque sé que falta un día menos para ver a mi Jesús. Amén, Si ven Señor Jesús.
ii en dondee puedo chatear con dios?
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