
Ha sido hermoso, no sólo juntarse con amigos de toda la vida, sino volver a reunirse con ex-colegas y ex-alumnos. Este tipo de eventos es enriquecedor.
Detenerse a pensar sobre Jesús, es darse el trabajo de reflexionar sobre el personaje principal de la historia humana. Se lo puede negar, pero no se puede evitar entender que la persona de Jesucristo es trascendental.
Parar de las actividades cotidianas y reflexionar en las múltiples lecturas que se pueden hacer de Jesús no sólo enriquece, sino que además nos pone en la vía de un verdadero encuentro experiencial con la persona que dividió la historia en dos.